Unos niños hacen un muñeco de nieve en la calle junto a una casa. El muñeco como todos los recién nacidos desconoce las cosas que le rodean y se las explica el mastin que vive en la caseta cercana. El perro también le cuenta cómo cuando era un cachorro no le tenían encadenado en el frío exterior sino en el cálido interior junto a la estufa.
En cuanto el hombre de nieve ve la estufa a través de la ventana de la casa queda fascinado con ella, por su color negro, su figura y como sale fuego de su interior cuando la abren, y no puede dejar de mirarla extasiado.
Cuando llega el calor primaveral el muñeco de nieve se derrite y el perro ve explicada la pasión del hombre de nieve, cuando lo único que queda de él es el objeto que los niños habían metido en su interior como soporte, el atizador de la estufa.
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