viernes, 6 de abril de 2012

Semana Santa de Mompox




La memoria histórica de una población radica en la conservación de su patrimonio, como muestra fehaciente que el pasado lo construyeron para la posteridad. Mompox, situado en lo profundo de la geografía colombiana, aislada y olvidada por los caprichos de un río, lo que ha permitido que permanezca incólume, en esta época de Semana Santa su patrimonio arquitectónico incomparable se engalana con sus mejores galas para mostrarse al mundo.
Desde la época de la colonia cuando se llenó de gloria en la gesta emancipadora, su poderío territorial estaba representado en sus siete iglesias, una muestra palpable de su poderío religioso, donde comunidades como los Franciscanos, los Dominicos y Jesuitas tuvieron mucho que ver con el desarrollo de la ciudad. Hoy, en defensa de esa memoria histórica, sus campanarios y torres continúan mirando hacia el cielo, emitiendo tonadas que se pierden en sus tejados confundidos con el aroma de la palma recién cortada en esta época de Semana Santa.
Junto a un río que se secó para dejar a esta villa perdida en la distancia, ellas, las iglesias, han sido siempre el referente de esta ciudad que lleva el distintivo de Patrimonio Histórico, Arquitectónico y Cultural de la Humanidad.
Cuando el mundo cristiano se prepare para conmemorar su semana más importante, estas viejas ermitas que nunca dejan de mirar hacia el cielo, recobrarán su color, se llenarán de luces, para darle a Mompox el encanto inigualable de los tiempos idos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario