viernes, 31 de octubre de 2014
La noche de halloween
Fue durante una noche de Halloween. Enrique estaba sentado bajo el porche de su casa.
De lejos llegaba la algarabía del desfile de Halloween. Su casa estaba en el cinturón de una
pequeña ciudad, en una zona alta. Un sendero bajaba desde su vivienda hasta una calle solitaria
que seguía hasta la ciudad. La luna llena iluminaba el sendero y parte de la calle, más allá,
comenzaba una hilera de árboles, y esa parte estaba oscura, entre sombras.
Enrique fumaba su pipa mientras se hamacaba en su mecedora. Lanzaba al aire una bocanada
de humo, cuando desde su posición ventajosa, divisó a un grupo que avanzaba en fila por
la calle. Dicho grupo salía de la parte oscura, donde había árboles.
Siguieron por la calle y doblaron en el sendero que terminaba en su casa.
- ¿¡Pero y a estos que bicho les picó!? - a Enrique no le gustaba que la gente entrara en su
propiedad, y no iba a tolerar a un grupo de disfrazados; a la distancia parecían eso, gente
disfrazada para Halloween. Algunos sí estaban disfrazados, pero estaban muertos; era una
horda de zombies.
Los ruidos que llegaban desde la ciudad, no eran la algarabía del desfile, eran los gritos de
terror de los ciudadanos que eran atacados por los zombies.
Enrique intentaba detenerlos cuando se dio cuenta de lo que eran, fue demasiado tarde.
La horda lo rodeó, se serró sobre él. Entre sus gritos se escuchaba el castañeo de dientes
masticando.
Desde el cielo llegó una carcajada, y delante de la luna, cruzó la silueta de una Bruja,
volando en su escoba.
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